miércoles, 19 de diciembre de 2012

Armin Van Buuren o como romper el hielo

Interesante clase la del lunes, similar a una del año pasado, donde dedicamos la clase a oír las canciones escogidas por nuestros compañeros.

La cosa empezó con canciones de reivindicación, de carácter social, rap-rock y sonidos latinos, pero un runrun se oía de fondo entre los compañeros, que habiendo buscado y preparado sus canciones, estas tenían otros significados, como la épica, la etnia o un clásico del rock, pero que debido a la dirección de las anteriores canciones recelaban de su participación.

En estas que heme ahí yo, que ni sabía que era el día de las canciones, y como mala costumbre erigeme a mi mismo como rompehielos, no tengo excesiva vergüenza ni reparos a exponerme ante los demás, y por las mismas escogí una de las canciones de mi móvil azarosamente y salté al ruedo.

La canción en cuestión, o el tema mejor dicho, tuvo fría acogida, ya que se trata de un tema de música trance, que vendría a ser una especie de chillout house y electrónico, que nos trae a lo más recuerdos de la ya lejana adolescencia, pero que sin embargo, yo aún sigo escuchando y disfrutando en mis ratos de ocio, de reflexión o de veraneo en la isla blanca, haciéndome recordar algunos de los mejores momentos de mi vida. 

Del tema no mucho que decir, me parece una preciosa canción de la mano de Armin Van Buuren, para los no entendidos, el DJ nº 1 del mundo desde hace bastantes años, y residente veraniego en Ibiza.

Sin más, y habiendo rellenado ya el espacio razonable de presentación, el tema en cuestión:


Por qué la música es evasión.