miércoles, 9 de enero de 2013

Ensayo del curso

Bueno una vez más me enfrento a la tarea de resumir el curso en el blog, al igual que el curso pasado, si bien la tarea es la misma, yo soy distinto.

De hace un año a hoy muchas cosas han cambiado, otras no.

Como muchos ya sabéis llegue a políticas tras licenciarme en derecho en la autónoma  una carrera que te enseña un ordenamiento, una competitividad, un mundo elitista, y te inculca unas ideas con las que he de decir nunca estuve muy convencido, si bien desconocía la alternativa.

Un año después todo es muy diferente, por fin encontré una carrera que realmente me motiva, un pensamiento, unos profesores, y unas lecturas con las que realmente aprender a pensar, a encontrarme a mi mismo, y dicho sea de paso, para disfrutar.

Gran culpa de ello la tiene el profesor Carballo, y es que la manera de afrontar la asignatura, valorando a los alumnos, de una manera totalmente abierta, una charla de cafetería incluso, ayuda a la expansión de la mente y al disfrute, y como ya dijimos en clase, el que quiera indagar más, ya tiene internet en su casa para hacerlo.
Y es que, aunque de una chala se trate, no hay que olvidar que se trata de charlas de política de biblioteca, y no política de telediario que es lo que se debate fuera de la universidad. Esto seguramente nos convierte en las élites de la teoría, no por merito nuestro, sino por demérito del nuestro, aunque con el lastre práctico del que adolecemos los universitarios españoles.

En resumen, que me encanta esta carrera, estos profesores, los compañeros, poder escribir, pensar, y discutir con un nivel medianamente aceptable, y si la alineación de los astros lo quieren, acabaré este año la carrera, y esta vez si, la echaré mucho de menos. Gracias a todos


¿Por qué Socialismo? Albert Einstein


¿Por qué Socialismo?
Albert Einstein
  
La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal. Vemos ante nosotros a una comunidad enorme de productores que se están esforzando incesantemente privándose de los frutos de su trabajo colectivo -- no por la fuerza, sino en general en conformidad fiel con reglas legalmente establecidas. A este respecto, es importante señalar que los medios de producción -- es decir, la capacidad productiva que es necesaria para producir bienes de consumo        -- puede legalmente ser, y en su mayor parte es, propiedad privada de particulares.

   Los propietarios de los medios de producción están en posición de comprar la fuerza de trabajo del trabajador. Usando los medios de producción, el trabajador produce nuevos bienes que se convierten en propiedad del capitalista. El punto esencial en este proceso es la relación entre lo que produce el trabajador y lo que le es pagado. Lo que el trabajador recibe está determinado no por el valor real de los bienes que produce, sino por sus necesidades mínimas y por la demanda, de los capitalistas, de fuerza de trabajo en relación con el número de trabajadores compitiendo por trabajar. Es importante entender que incluso en teoría el salario del trabajador no está determinado por el valor de su producto.

   El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan a la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. Por otra parte, bajo las condiciones existentes, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directamente o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos políticos.

   La producción está orientada hacia el beneficio, no hacia el uso. No está garantizado que todos los que tienen capacidad y quieran trabajar puedan encontrar empleo; existe casi siempre un "ejército de parados". El trabajador está constantemente atemorizado con perder su trabajo. La motivación del beneficio, conjuntamente con la competencia entre capitalistas, es responsable de una inestabilidad en la acumulación y en la utilización del capital que conduce a depresiones cada vez más severas.

   Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura. Considero esta mutilación de los individuos el peor mal del capitalismo. Nuestro sistema educativo entero sufre de este mal.

   Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males, el establecimiento de una economía socialista, acompañada por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual.

   Sin embargo, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia?


Extracto y resumen de: Monthly Review, Nueva York, mayo de 1949.